Un puño arriba como señal de silencio, unió a todo un país. Fue cuando la ciudad se sacudió el 19 de septiembre del 2017 por un par de minutos, pero sembró por años un recuerdo y un miedo permanente. Irónicamente, el temblor fue después de practicar el simulacro que se lleva a cabo anualmente tras el sismo de 1985.
25 años después la ciudad volvió a quedar impactada por la rapidez con la que la gente se organizó para comenzar los trabajos de rescate, como si todos se hubieran preparado para esa ocasión. En minutos se formaron grupos que fueron a las zonas más afectadas con picos, palas y las herramientas que tenían a la mano para quitar los escombros y ayudar en lo que se necesitaba.
Las cifras que dejó el terremoto fueron: 305 personas muertas, 167 de la CDMX, el lugar con más víctimas fatales*. El panorama era crítico, eran demasiadas personas desaparecidas bajo los escombros sin saber si se encontraban con vida, muchos pensamos en que esta vez iba a ser muy difícil superar esa situación.
Pero entre más pasaban los minutos, más personas y brigadas se movilizaban a los puntos donde se necesitaba. El apoyo era incondicional, con la fuerza de los brazos, con el aguante de las piernas y con la motivación de todas las voces o el silencio absoluto al escuchar un indicio de supervivencia. Las personas regalaban comida para la que quizás no tenían el presupuesto, pero que sabían que todos los que estaban ayudando necesitaban. Abrieron su hogar para que pudieran usar el baño, compartieron su red de Wifi y así podría contar las innumerables cosas que sucedieron durante esos días, en donde la ciudad era un completo caos pero la necesidad de unión y resiliencia se imponían, no solo desde una emergencia, sino desde el corazón.
Para los que lo vivimos en persona, sabemos que es algo que jamás olvidaremos. Una sensación de temor pero al mismo tiempo de orgullo. Es algo indescriptible que hasta el día de hoy me emociona.
México es uno de los países con más historias de solidaridad en desastres y emergencias para con el resto del mundo. Apoyo como víveres, medicina, herramientas, o con el grupo de voluntarios para acciones de búsqueda y rescate que se creó después del sismo del 85, Los Topos, el cual en febrero de 1986 se constituyó legalmente como la Brigada de Rescate Topos Tlaltelolco A.C**.
Un claro ejemplo de la unión de la gente mexicana ante el mundo, un país en el que alguien puede “mentarte la madre” en el tráfico y al otro día puede estar ayudándote sin pensarlo. Huracanes, sismos, inundaciones y sequías son algunas de las cosas que le han sucedido a México, pero en cada una de ellas la gente siempre se une y sale adelante, demostramos ese amor a la patria que siempre nos han inculcado, como lo es el ayudar sin mirar a quien. “Donde come uno, comen dos” es el lema mexicano por excelencia. Eso y más, nos convierte en uno de los países más resilientes y solidarios del planeta.
* https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-41338737
** https://www.topos.mx/nosotros/historia
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