Cuenta la leyenda que un profesor de la facultad de filosofía de mi ciudad natal incluyó como única pregunta del examen final de curso la pregunta: ¿Por qué?
Dicen también, que solamente un alumno, aprobó aquel examen y su respuesta fue otra pregunta: ¿Por qué no?
Los orígenes
Recuerdo cuando era yo el que estaba en la universidad y escuchaba la definición de la palabra empresa de la boca del maestro. En ella se mencionaba, entre otras cosas, su vocación social. Toda compañía cuando nace, como empresa familiar, busca beneficiar a su entorno satisfaciendo alguna necesidad latente y cuidando la comunidad en la que se encuentra. Lamentablemente, en muchos casos este enfoque se pierde cuando las organizaciones crecen y en cierta medida se deshumanizan. Cuando los fundadores desaparecen se pierde esa idea original que daba sentido al proyecto más allá del lucro económico.
Reconectar
Es momento, para las marcas, de reconectar con aquel espíritu de contribución de los primeros días. Encontrar cuál es el propósito de su existencia, cuál es su contribución a la sociedad y el legado que las hará perdurar en el tiempo.
Liderar el cambio
El cambio es la única constante segura en la vida y la historia ha demostrado que liderar ese cambio es una decisión de supervivencia y evolución. Sólo estando al frente puede uno beneficiarse provocando una transformación emergente e innovadora.
Mantenernos en el status quo nos hace no anticiparnos, llegar tarde y sufrir las consecuencias cuando otros, los que supieron liderar, ya están bien posicionados.
Las marcas que defienden algo más grande que lo que venden, reformulan sus relaciones con los clientes y conectan con ellos en un nivel más profundo.
Nuevo paradigma
Nuestro planeta y las nuevas generaciones de consumidores lo reclaman, ejercen su voto hacia las marcas, con un consumo consciente. Aquellas marcas que no aportan son excluidas. Hoy día el propósito de marca, es el elemento diferenciador que contribuye de forma determinante en la elección de compra de los nuevos consumidores; al mismo nivel que criterios como valor, reputación, calidad y precio.
El propósito añade valor, en la toma de decisión de los consumidores, decantando la balanza en favor de la marca que lo posea a la hora de la compra.
El momento es ahora
Si algo me ha enseñado toda la coyuntura actual es que el tiempo de actuar es ahora, no podemos seguir esperando ver los cambios que deseamos sin tomar parte. Mi contribución personal es sumarme al proyecto de Why Transformation para ayudar a las marcas a realizar su cambio, a la vez que yo hago el mío propio.
Las marcas deben significarse en torno a su propósito, contribuyendo y defendiendo una causa relevante para su comunidad. Construyendo su estrategia, su comunicación y su razón de ser en torno a ella. Tener propósito es tener una razón existencial, una postura definida e inquebrantable frente a alguno de los grandes retos que encara hoy el mundo.
Una estrategia de propósito nada tiene que ver con la responsabilidad social corporativa. Ese tipo de acciones son maquillaje y la estrategia de propósito es el bisturí de un cirujano plástico. Son cambios profundos, honestos y duraderos que dotarán de significado a la marca mejorando su reputación.
¿Ves los motivos para poder realizar el cambio? ¿Te das cuenta del valor de una transformación de propósito y la urgencia de hacerlo cuanto antes?
Si aún te sigues preguntando ¿Por qué? Recuerda: ¿Por qué no?